Esta afasia que me desordena y trastorna

... hablar por hablar sin encontrar qué decir... el arrebato incontenible de palabriar la vida como para darle sentido a los días a punta de conversaciones imaginarias, monólogos autistas y diatribas logorreicas repletas de parafasias y neologismos... el ejercicio espontáneo y recurrente de expeler todo aquello que mi cerebro alberga con esta jerga inextinguible y asemántica que me desboca, altera y confunde... pero que, en últimas y a pesar de lo harto e intenso, contrasta con una expresión satisfactoria que se me dibuja en la cara cada vez que siento, entre tanta perorata sin sentido, haber encontrado esa palabra que falta en el cuento que sigo echando como para creer voy entendiendo la vida como en verdad es...

Esa palabra que me falta

El ejercicio de las letras, la vaga erudición, el aprendizaje de los cuentos, la falsa elocuencia, la fluidez discursiva... la compulsión por parlar sin parar, la supuesta importancia de hablar mierda o los hilos invisibles del tejido social, el necio vicio de babear ocurrencias y escupir ensaladas de palabras tan vacías, tan llenas de nada… de qué pueden servir si el significado de la vida me sigue siendo esquivo e imposible de nombrar...

Deshalladera...

Por más que he tratado de hacerme el loco y no darle mucha mente, el desasosiego me sigue encontrando... invadiendo. Y es esta falta de tranquilidad la que no me permite estar quieto y calmao frente a la idea de que da lo mismo ser o no ser, estar o marchar. La satisfacción que me produce entender con claridad que no hay sentido individual, no logra calmar mi deseo de serenidad...